Cormorán no volador de Galápagos

  • Ave.
  • Nombre científico: Phalacrocorax harrisi.
  • Nombre en inglés: flightless cormorant.
  • Alimentación: pequeños, anguilas y pulpos.
  • Puede vivir aproximadamente 13 años.
  • Tamaño: mide entre 89 y 100 centímetros y tiene un peso entre 2,5 y 5kg.
  • Depredadores: búhos, halcones, serpientes y de especies introducidas como gatos o ratas (amenaza de la cría) y -en el mar- tiburones.

Una de las aves endémicas del archipiélago de Galápagos, que solo se la encuentra en las islas Fernandina e Isabela, es la Phalacrocorax harrisi (nombre científico), o cormorán no volador de Galápagos.

Cormorán no volador.
Cormorán no volador.

Es una especie carnívora y su tipo de alimentación es piscívora. Esta sorprendente especie se ha adaptado a su hábitat natural y ha desarrollado destrezas tales como el buceo, para buscar comida al interior del océano. Sus muy cortas alas no le permiten desprenderse del suelo, como la mayoría de las aves. Cuenta con patas fuertes y pies palmeados que le sirven para adaptarse al suelo volcánico y moverse con soltura en el agua.

Se los puede observar durante todo el año. Su llegada a las Galápagos se dio desde el continente, ubicado a mil kilómetros de distancia. Es decir, sus antepasados podían volar. Se estima que llegó a las Galápagos hace dos millones de años y sus ancestros son sudamericanos.

Su adaptabilidad se dio en un terreno volcánico, carente de la vegetación habitual hallada en la región continental, incluso desde antes que la Fernandina e Isabela existieran.

Existen 29 especies en el mundo, siendo la no voladora la más pesada y rara de todas. No tiene capacidad de migrar.

Características

Phalacrocorax harrisi.
Phalacrocorax harrisi en la playa.

Los cormoranes no voladores aparecen un poco a patos con alas pequeñas. Mide entre 89 y 100 centímetros. Tienen un plumaje negro en la parte superior y marrón oscuro en la inferior. Las crías tienen un plumaje negro.

Pesa entre 2,5 y 5 kg. Macho y hembra tienen una apariencia similar. Pero el macho es de mayor tamaño. También pesa más que la hembra.

Los visitantes los podrán reconocer, también, por sus alas pequeñas, aparentemente atrofiadas, y por los ojos turquesas que tienen los adultos. Estos contrastan con ojos más oscuros en los ejemplares más jóvenes.

Las alas de esta especie son un tercio del tamaño que sería suficiente para que un pájaro de este tamaño pudiera volar. Su funcionalidad se ha ido adaptando al lugar en el que habita, puesto que, en vez de usarlas para volar, utiliza sus alas como aletas para bucear. Sus músculos responden adecuadamente a las exigencias del mar.

No obstante, sus alas no cuentan con suficiente cera, como material aislante del agua, por lo que es común observarlas secándose bajo el sol, en la orilla del mar.

Alimentación

Se alimenta exclusivamente de peces pequeños, anguilas y pulpos, especies que son cazadas en aguas poco profundas. Generalmente no se aleja más que 200 metros de la costa. Con gran habilidad alcanzan grietas impenetrables en busca de bocados. Entre cinco y seis veces bucean para conseguir comida para los especímenes adultos y sus crías.

Este animal es sedentario y gusta de las corrientes de agua fría que viene a través de la corriente marina de Cromwell desde el oeste a las islas Galápagos. Esta corriente enfría especialmente el agua de las islas Fernandina e Isabela. El agua de la corriente Cromwell es rica en nutrientes. Estos nutrientes son la base de la red alimentaria acuática y la razón por que hay muchas peces por las dos islas.

Población

En la actualidad existen menos de 1500 cormoranes no voladores habitando en las Galápagos. Su periodo de vida es de aproximadamente 13 años. Esta ave es considerada vulnerable. En tierra, las amenazas más frecuentes son búhos, halcones, serpientes y de especies introducidas como gatos o ratas (amenaza de la cría). En el mar pueden ser presa de los tiburones.

No obstante, frente a estas amenazas, logró evolucionar y adaptarse al ecosistema volcánico del archipiélago.

Cormorán y lobos marinos.
Cormoranes de Galápagos y lobos marinos y en las rocas.

Reproducción

La reproducción de este animal sucede durante todo el año, siendo el periodo entre mayo y octubre el utilizado para anidar. En dicho lapso, la corriente fría de Humboldt llega desde el sur de América Latina, arrastrando gran cantidad de alimento. Esto brinda mayores oportunidades de vida a los polluelos.

Las aves se sumergen entre cinco y seis veces al día, en busca de bocados. Las hembras se reproducen hasta tres veces anuales. Se sabe que ponen hasta 3 huevos, pero solo uno logra eclosionar.

Su reproducción sucede en el agua. Macho y hembra entrelazan sus cuellos como serpientes y nadan uno alrededor del otro, en un círculo cerrado. Consuman el acto en tierra y forman un hogar. El nido lo hacen de algas marinas, o con peces o estrellas de mar muertos.

Crianza

A estos pájaros les gusta anidar en piedras volcánicas a la orilla del mar. Piedras y algas o ciertos desechos, por ejemplo, restos de peces y estrellas de mar muertos, son los favoritos y son usados para darle más vida al hogar, como una suerte de menaje. La hembra, que pone tres huevos por anidada, se turna con el macho durante el proceso de incubación. Este tiene lugar por 35 días. 

Cuando vienen los polluelos, la protección, alimentación y crianza también es compartida. Los pequeños precisan del cuidado de sus padres por 70 días. Luego, pueden valerse por sí mismos. El anidamiento tiene lugar entre julio y octubre, que es la temporada más fría. Esto permite que los polluelos no sufran de hipertermia y tengan mayores probabilidades de vivir.

Si existe suficiente alimento o abundante marisco, la hembra deja la crianza al padre, mientras ella se empareja con otro macho y forma otra familia.

Supervivencia del cormorán no volador

Puede comprenderse este comportamiento como un instinto de conservación de la especie. No solo las aves rapaces o las serpientes son las amenazas que enfrenta este animal en su día a día: el fenómeno meteorológico de El Niño también lo es.

Una de las consecuencias que genera El Niño al Medio Ambiente es el cambio de temperatura en el mar. Cada década, las costas de América del Sur experimentan más calor de lo habitual. En el Océano Pacífico ocurre un descenso en alimentos y nutrientes esenciales para la vida marítima. La falta de plancton y algas en el mar genera una baja en la población de peces, alimento principal de los cormoranes no voladores.

Amenazas

Una de las amenazas de las islas Galápagos es el fenómeno de El Niño. En el año de 1982 a 1983 este fenómeno diezmó la población de estas aves en un 50 por ciento. Por El Niño aumenta la temperatura y los cormoranes encuentran menos comida.

En dicha época estaba en peligro de extinción, pues solo quedaron 400. Tampoco pudieron reproducirse con normalidad, pero el instinto de supervivencia les permitió salvar la especie. Así, para 1999, la población llegaba a los mil ejemplares.

Esta especie habita en una zona limitada y su población es muy pequeña. Esto lo vuelve vulnerable debido a las perturbaciones marinas, como la marea negra, u otro tipo de desastres. Por esa razón los científicos del Parque Nacional los monitorean de forma permanente.


Otras aves de Galápagos: