Rodeada de un interesante sendero de rocas, encontramos en el Archipiélago de Galápagos a la isla Santa Fé que, a pesar de pertenecer al grupo de las más pequeñas de las islas con una superficie de 24 km² y 259 metros de altura, es la más antigua de todas con más de tres millones de años.
Un poco de historia

Debe su nombre en español a las capitulaciones que la Corona española le otorgó a Cristóbal Colón como gobernador y virrey de las tierras que conquistara. Su nombre en inglés se lo debe al Almirante Samuel Barrington, miembro de la Armada Británica que tuvo sus conquistas en el continente americano.
Los estudios realizados en la isla muestran que su origen es tectónico. Es, en otras palabras, otra isla que emergió del mar en los tantos cambios que sufrió la tierra hace millones de años.
Cuenta con una península que llega hasta la costa, además de una ensenada que es muy admirada por quienes la visitan. El sendero de rocas que se recorre a pie en una caminata que va desde fácil a una dificultad media por las mismas rocas, llega hasta la cima del precipicio de la isla.
Disfrutando de Santa Fé
Explorar este lugar lleva un máximo de siete horas. A pesar de tener un suelo árido y sin fuentes de agua dulce, tiene dos especies de iguanas únicas en el mundo las que, a pesar de no ser coloridas como el resto de iguanas, poseen un atractivo sobre todo cuando se las puede ver interactuar en su hábitat. Para ellas el lugar es ideal ya que cuenta con una gran extensión de cactus gigantes que con sus frutos y hojas las proveen de alimento y agua para reproducirse y vivir tranquilas.
Pero antes de embarcarse a la aventura es necesario llevar lo necesario para disfrutar de las maravillas que ofrece Santa Fé.
El agua es sumamente importante. Como ya lo dijimos, la isla no cuenta con ninguna vertiente de agua dulce. Por la superficie rocosa es necesario el uso de zapatos para caminata y si en el camino quieren darse un chapuzón o explorar las zonas cercanas a la costa, los zapatos de agua son ideales. Asimismo, protector solar, sombrero, chaqueta impermeable, repelente de mosquitos y un traje de neopreno serán suficientes para explorar la isla.
Cómo llegar y algunas especies
La experiencia es emocionante desde que se toma la embarcación en Puerto Ayora, cuyo trayecto es de cuarenta minutos hasta llegar al centro del las Islas Encantadas que es donde está isla Santa Fé, en pleno centro del archipiélago.
Su bahía con aguas turquesas invita a los visitantes a sumergirse y practicar snorkel o buceo junto con los cardúmenes que se cruzan en estas aguas. También acompañan las rayas, iguanas marinas y tortugas de mar. En la playa, descansando en la arena y en las rocas, se encuentran los lobos marinos y cangrejos que no se sorprenden con la presencia de los humanos que los visitan.
Explorando los precipicios de la isla se encuentran especies de aves como petreles, gaviotas, garzas nocturnas, palomas terrestres, fragatas, halcones de las Galápagos y más. Aquí también viven tortugas gigantes. En definitiva, Santa Fé es un lugar muy rico en cuanto a flora y fauna y no solo los aventureros o deportistas tienen su espacio en ella, también los amantes de la fotografía disfrutan de su visita a la isla.
Conclusión
El lugar ofrece postales únicas en el mundo, ya sea que decidan capturar momentos desde la cima del precipicio o desde la bahía o tierra adentro en la isla. Es solo cuestión de organizar el día y dedicar tiempo a las maravillas del centro de las Islas Galápagos, la isla Santa Fé.
Ver Santa Fé en el mapa de Galápagos.
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