La Mariscal Quito

No existen vuelos internacionales a Galápagos. Los turistas tienen que viajar desde Quito o Guayaquil al archipiélago. Esto generalmente implica hospedarse al menos una noche antes y después del viaje a Galápagos en una de las dos ciudades. Los turistas que se quedan en Quito pueden aprovechar y visitar la ciudad. Uno de los lugares populares de Quito es La Mariscal. En este artículo vamos a hablar sobre este barrio de Quito:

Alguna tesis de posgrado e innumerables artículos periodísticos se han redactado en torno al tradicional barrio La Mariscal, ubicado en el centro norte de Quito. A pesar de ello, aún existen detalles que contar.

Con casi 102 años de existencia, este pedazo característico de la capital ecuatoriana concentra una dinámica social vibrante y cambiante; a ratos nostálgica y a ratos carnavalesca.

Punto estratégico por su ubicación, también es conocida como “la zona”, un apelativo legitimado por propios y extraños, que al hablar en clave hace alusión a un epicentro de diversión, poniendo énfasis en el corazón de La Mariscal: la Plaza Foch.

Desde ese punto de encuentro, quien la visita se inmiscuye en una dinámica social propia, matizada por una especie de feria de vanidades. Así, degustar de un fino chocolate de raíces exóticas del Amazonas, hasta lucir un genuino sombrero de paja toquilla (Panama Hat), son acciones imperativas para quien visita el vecindario por primera vez.

Quito con La Mariscal a la derecha.
Quito. La Mariscal, a lado derecho de la imagen.

Pasado del barrio La Mariscal

La historia de este barrio, que se ubica entre las avenidas Colón y Patria, en sentido norte– sur, data de inicios del siglo pasado.

Fueron las familias pudientes las que relegaron el casco colonial de Quito para trasladarse a un nuevo proyecto urbanístico, de estilo ciudad jardín, que nació en las dos primeras décadas del siglo XX.

En aquel entonces se buscaba crear un concepto urbanístico distinto donde primaban los espacios amplios, fiel al estilo norteamericano. Pero sus edificaciones también cuentan con influencias europeas.

El barrio se consolidó con la presencia de la elite quiteña. Algunas familias judías se afincaron en el sector, contribuyendo al fortalecimiento del comercio y configurando un nuevo estilo de vida.

Poco a poco empezó a evidenciarse una atmósfera cosmopolita que jugó armónicamente con las pinceladas andinas propias de esta región.

La Mariscal es el barrio pionero que da origen al Quito moderno. En la década de los 70 el Estado hizo grandes inversiones en infraestructura, debido al famoso “boom petrolero”. Este barrio empezaría a albergar matrices de bancos, hoteles de renombre, casas de salud, colegios, entre otros.

Su vecino próximo, partiendo de la Plaza Foch hacia el sur, es el parque El Ejido, uno de los espacios públicos más cotidianos. Algunas embajadas se ubicarían en dicho sector. La de Estados Unidos, por ejemplo, fue una de ellas, así como la de Francia y otros estamentos del gobierno local.

La Casa de la Cultura Ecuatoriana, promoviendo el quehacer estético, como el teatro, danza o cine le dan un aire relajado al entorno.

Desde hace 15 años el Municipio capitalino considera a este sector como uno de los referentes más importantes del Quito moderno, donde se concentran actividades comerciales y turísticas de alto impacto. Se estima que cada semana llegan casi 1500 turistas de diferentes partes del mundo.

Patrimonio

La zona cuenta con 200 edificaciones patrimoniales, entre las que destacan la iglesia de Santa Teresita, un templo católico de estilo neogótico. Muchos de los bienes han sido arrendados para que funcionen comercios de todo tipo. Hasta 2014 se contabilizaron casi un millar de negocios.

En La Mariscal se hallan hoteles de lujo hasta hostales modestos que albergan a los más atrevidos viajeros. Asimismo, se cuentan por decenas los restaurantes que ofrecen lo mejor de la gastronomía local, pasando por los sabores europeos y llegando sin esfuerzo a Oriente medio o Asia.

Muchas de las mansiones patrimoniales ahora se revisten de luces y sus paredes encierran ritmos del mundo que pueden ser descubiertos en una noche de un fin de semana. Algunas encierran hasta seis locales de diversión.

El mercado artesanal

La Mariscal con el Mercado Artesanal.

Definitivamente no es el único lugar para visitar cuando se trata de hacer compras de artículos conmemorativos. No obstante, es el más antiguo y completo de toda la ciudad. De igual forma, es el más concurrido.

Se encuentra en la calle Jorge Washington, entre la Reina Victoria y Juan León Mera. Partiendo desde la Plaza Foch, en dirección al parque El Ejido.

Cuenta con casi 200 locales y atienden al público de lunes a domingo. Este espacio reúne a los artesanos y artistas del Ecuador, que en su momento se ubicaron a lo largo de la avenida amazonas para comerciar sus productos.

En un intento de reordenamiento, hace 20 años se abrió este espacio por parte del municipio. Actualmente recibe a 1500 turistas diarios, sin contar el considerable incremento que se da en épocas de asueto.

Bordados, tejidos autóctonos, artesanías, platería, instrumentos musicales, sombreros de cuero o de paja toquilla, ropa típica, incluso música andina, bisutería y otra gama amplia de productos, son los que se ofrecen en el mercado artesanal. Una buena opción para encontrar regalos originales o para llevarse un recuerdo del Ecuador.

Artesanía de Ecuador.
Artesanía que se puede comprar en el mercado artesanal.

En 2004 un incendio consumió gran parte de este sitio. Aquel año se reconstruyó en su totalidad, en un tiempo récord, motivado por la presencia del certamen internacional Miss Universo, donde visitaron Quito concursantes de 81 naciones.

El mercado artesanal conserva, sin duda, una forma de organización autóctona. Asimismo, las artesanías, en su mayoría, son elaboradas con técnicas indígenas ancestrales.

La Plaza Foch

En líneas anteriores se hizo una aproximación a este lugar, también conocido como Plaza El Quinde, en honor al ave emblemática de Quito. Este espacio se ubica en la intersección de las calles Mariscal Foch y Reina Victoria.

Aquí convergen un sinnúmero de cafeterías, bares, discotecas, hoteles de lujo y hostales. Cajeros de banco, restaurantes de comida rápida ofreciendo desde hamburguesas y hot dogs, hasta shawarmas; comida libanesa y de Oriente Medio en general, así como hindú, china, mexicana, peruana, argentina y churrasquerías brasileñas.

Ecuador tiene su espacio con varios locales de comida típica, en especial marisquerías, muy frecuentadas al amanecer, luego de terminar la farra en cualquier bar de la zona.

La Plaza Foch también ofrece música en vivo cada fin de semana. A esto se suma la feria Asara, organizada por la Asociación de artes aplicadas. Su oferta se centra en la elaboración de artesanías en madera de tagua principalmente. Asimismo, hay productos orgánicos para todos los gustos y bolsillos.

¿Qué visitar en La Mariscal?

Si el plan turístico incluye una escapada nocturna, el barrio ofrece clubs de todo tipo. Hay aquellos bebederos llenos de gente, ambientados con rock, hasta lugares con música especializada en algún género.

En la calle Calama abre sus puertas el NO Bar, una de las discotecas más antiguas de Quito. En sus inicios la mayoría de las visitantes eran europeos y estadounidenses, actualmente los públicos hacen una buena mixtura, sobre todo a la hora de bailar ritmos de moda.

Unos pasos más al norte, en la 12 de Octubre y Veintimilla, está La Juliana. Famosa por su fiesta latina, combina la música tropical, de todos los géneros y años, con el espectáculo en vivo que hace su banda. Su atmósfera y música invitan a bailar hasta el amanecer, en un ambiente distendido y de alto nivel.

Ahora bien, la zona rosa más grande de Quito concentra un número considerable de bares extranjeros. Tal es el caso de The Turtle’s Head, un auténtico pub inglés, que combina una excelente selección de canciones, con gastronomía británica que van desde las ensaladas de choclo dulce hasta un buen bistec. El ambiente se acompaña, siempre, con una cerveza bien helada.

En ese mismo camino nos encontramos con Finn McCools, un tradicional bar irlandés que ofrece desde un Shepard’s pie hasta el típico estofado.

Gastronomía

El extranjero seguro desea probar algo típico ecuatoriano. Restaurante Achiote, por ejemplo, ofrece fritadas, llapingachos, locro de papas, entre otras delicias de la cocina criolla. Se la puede encontrar en las calles Reina Victoria y Juan Rodríguez.

Si lo que desea el paladar es cruzar fronteras, entonces Baalbek, en la Wilson y avenida 6 de Diciembre espera a los comensales, con un amplio menú de comida libanesa. Además de los exquisitos platos, destacan las atenciones y amabilidad de los trabajadores y su dueño, para con los visitantes.

Cuando lo que busca es refrescarse, La Frutería es un local que ofrece jugos naturales a base de frutas orgánicas propias de las cuatro regiones del Ecuador. Una naranjada o un delicioso batido de coco, quizás con frutilla, dejarán satisfecho al caminante sofocado por el muy intenso sol de Quito. Se encuentra en la Avenida 6 de Diciembre y Wilson.

Un polo cultural

Luego de 100 años de la Batalla de Pichincha, que selló la libertad de lo que hoy se conoce como Ecuador, al sector se le dio el nombre de Ciudadela Mariscal Antonio José de Sucre, en honor al héroe venezolano, gran colombiano y figura libertaria del Ecuador. Así se conmemoraría un siglo de la independencia.

Actualmente, El Patio de Comedias es considerado una de las salas más antiguas de Quito, donde varios directores y actores, locales y extranjeros, han derrochado su talento en las tablas. Aún existe una cartelera activa, con funciones y estrenos frecuentes. Se encuentra ubicada en la calle 18 de Septiembre y avenida Río Amazonas.

Algo más nuevo es el Museo Mindalae. Este espacio, concebido desde la academia, con una visión antropológica, exhibe la cosmovisión andina manifestada en las prácticas chamánicas fielmente explicadas a los visitantes.

Dicha cosmovisión también se expresa de forma material en las artesanías y cerámicas de índole ceremonial, pero enteramente patrimonial. Esta es una puerta de entrada al mágico mundo andino.

La Casa de la Cultura, frente al parque El Ejido, alberga varias compañías de teatro, como el Cronopio, La Espada de Madera, o el emblemático Teatro Ensayo, quizás el más antiguo de Quito, con casi 60 años de actividad ininterrumpida.

Esta enorme edificación también ostenta el Museo Nacional, en el que se hace un recorrido por la historia de los pueblos aborígenes, presentando así muestras arqueológicas del periodo precolombino que van desde figuras antropomórficas hasta joyas de oro puro de incalculable valor.

La Casa de la Cultura Ecuatoriana, en Quito, acoge otras salas para danza. Aquí, por ejemplo, funciona Metrodanza, escuela de danza clásica y contemporánea, de donde saldrán los futuros miembros del Ballet Nacional del Ecuador, antes conocido como Ballet Ecuatoriano de Cámara.

A modo de epílogo, seguro salta la pregunta de por qué le llaman La Mariscal, tomando en cuenta que el nombre del barrio se lo dio en honor al militar venezolano Antonio José de Sucre.


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